Trastornos de conducta

Los trastornos de conducta se refieren a patrones persistentes y repetitivos de comportamiento antisocial, desafiante o perturbador en niños y adolescentes. Estos patrones de conducta violan las normas sociales y pueden incluir agresión hacia personas o animales, destrucción de propiedad, violación de normas y reglas, y comportamientos engañosos. Estos trastornos pueden afectar el rendimiento académico, las relaciones familiares y sociales, y a menudo están asociados con dificultades emocionales y de ajuste. Es importante abordar estos trastornos a través de intervenciones terapéuticas, como la terapia conductual, la terapia familiar y, en algunos casos, el tratamiento farmacológico. La identificación y tratamiento tempranos son fundamentales para prevenir complicaciones a largo plazo.

Los temas de las obsesiones y compulsiones pueden variar ampliamente, pero comúnmente incluyen miedo a la contaminación, necesidad de simetría o perfección, y pensamientos intrusivos violentos o inapropiados. El TOC puede interferir significativamente en la vida diaria y en las relaciones interpersonales. El tratamiento suele implicar terapia cognitivo-conductual, especialmente la exposición con prevención de respuesta, que ayuda a la persona a enfrentar y reducir progresivamente sus compulsiones. En algunos casos, se pueden utilizar medicamentos para ayudar a controlar los síntomas.